Creencias potenciadoras vs Creencias limitantes
Empecemos por definir lo que es una creencia
Es un estado psíquico subjetivo donde la persona considera como “ verdad” un elemento, que por lo general tiene una ausencia de análisis clínico y argumentos de peso. Podríamos decir que es una idea considerada como verdadera por quién la posee, algo en lo que cree “ a fe ciega” sin capacidad de contraste.
Al encontrarse en la parte inconsciente de la persona, una creencia es muy resistente a cualquier cambio y es ajena a la voluntad del individuo; de ahí que se diga “ las ideas las tienes tú pero tus creencias te tienen a ti”.
Es muy importante determinar desde el primer momento en que se habla de creencias, tener claro que no existen ideas verdaderas o falsas puesto que las que para mí hacen que saque mi mejor versión para ti pueden resultar limitantes o perjudiciales para tus progresos; en coaching lo fundamental es analizar junto con la persona si las creencias en las que se apoya le ayudan a conseguir lo que desea para mejorar o limitan las posibilidades de alcanzar su objetivo.
Puesto que entonces no hablamos de creencias verdaderas ni falsas sino de potenciadoras o limitantes, voy a pasar a definir cada una de ellas:
-Entendemos como Creencia limitante aquél pensamiento negativo que consideramos como cierto, sin que realmente lo sea y que nos condiciona y nos influye en nuestro día. Por ejemplo “ cuando estoy con mi jefe me pongo nervioso”.
-Por el contrario entendemos como Creencia potenciadora aquellas que nos invitan a avanzar, a progresar hacia lo que nosotros consideramos como bueno, aquellas que hacen que saquemos nuestra mejor versión tanto con nosotros mismos como en nuestra relación con los demás. Por ejemplo “ puedo estar en desacuerdo con mi jefe y hacérselo saber”
¿De donde salen nuestras creencias? ¿Quién las elige?
Sin lugar a dudas de nuestra etapa de la infancia; es ahí donde toda la información que recibimos pasa de forma casi inmediata a nuestro subconsciente sin plantearnos o cuestionarnos la veracidad de dicha información. De ahí que nuestras creencias nos vengan dadas del entorno en el que vivimos, de las opiniones de los que nos rodean, de las experiencias vividas a nuestro alrededor ….
Todo esto nos hace creer en ideas concretas que no nos cuestionamos hasta bien entrada la edad adulta y en el peor de los casos nunca volvemos a pensar en ellas: “ esto es así desde siempre” …
Ejemplos de creencias
Un niño que ha vivido con unos padres muy críticos hacía él, desarrollará una baja autoestima que a su vez impedirá que desarrolle todo su potencial; mientras que un niño que esté rodeado de personas que le demuestran abiertamente su cariño y que alaban los buenos resultado obtenidos en cualquier faceta de su vida, desarrollará creencias del tipo “soy inteligente” y hará que se valore más así mismo y consiga alcanzar sus metas.
Así hay infinidad de creencias que nos limitan día a día:
- La gente consigue cosas por suerte ( no tiene que ver el esfuerzo)
- No sirvo para nada, me merezco lo peor
- Hay cosas que simplemente no pueden ser
- Debo pensar en los demás primero aunque esto me perjudique
- Hay que criticar a las personas que cometen errores
- No debo hablar con el presidente de la compañía
Frente a otras que nos potencian y nos acercan a nuestra meta:
- Mis necesidades son importantes. Si yo estoy bien, podré ayudar mejor a los demás
- El éxito lo consigo con una gran dosis de trabajo y entrega personal
- Me atrevo a hablar de ideas, voy a por ellas
- Sé cuando es momento de dejar ir y lo hago
- Aprendo con la dificultad, no tiro la toalla
- Mostrar los sentimientos es de valientes
¿Es posible cambiar nuestras creencias?
Afortunadamente sí y cuanto antes consigas hacerlo antes verás los beneficios que te produce.
- Según lo leído anteriormente, identifica aquellas creencias que consideres que te limitan en tu día a día o en la consecución de tu objetivo.
- Comienza a ser consciente que son creencias y que por lo tanto no tienen que formar parte de la realidad. ¿Cómo sabes que son ciertas?.. Tal vez te lo enseñaron en tu infancia pero, ¿sigues pensando lo mismo en tu edad adulta?.
- Intenta cambiar esa creencia en alguna que sea positiva. Por ejemplo “ siempre he creído que mostrar mis sentimientos de tristeza es una debilidad” cámbialo por “ mostrar mi tristeza ante alguien me hace ser humano, vulnerable … y eso me hace ser auténtico”.
- Repite esta nueva creencia y llévala a la práctica para que veas los beneficios que te aporta. Sólo así conseguirás integrarla en ti.
En PNL(Programación neurolingüística) , los Coaches utilizamos numerosas técnicas de cambios de creencias con resultado fantásticos; si se te resiste alguna o no consigues identificarla, no dudes en pedir ayuda y verás lo mucho que consigues con ello.
Y recuerda : Tú puedes hacer lo que quieras, no admitas ninguna otra creencia que te impida o no te lleve a hacer esto”
No os podía poner mejor ejemplo de creencias limitantes y potenciadoras que un fragmento de la película, altamente recomendable » en busca de la felicidad».
Gracias por poner mi vida «patas arriba «
Gracias a tí por ser tan buena cachee y desear salir de tu zona de confort en cada momento. Todo un placer haber compartido un proceso contigo. Mucha suerte!!!!
muy reflexivo, todo se puede, nosotros ponemos los limites
La reflexión siempre es buena… te hace ver caminos distintos, soluciones distintas, nuevas metas…. Como bien dices, los límites los ponemos nosotros y darse cuenta de ello ya es AVANZAR, CRECER.
Gracias por tu comentario!!!!